Charles Darwin

Conceptos básicos de biología evolutiva 1: la evolución no es lineal

Uno de los mayores problemas con los que nos encontramos a la hora de divulgar paleontología es hacer entender el concepto de que la evolución no es lineal.

Si estás leyendo este artículo, damos por hecho que no eres negacionista de la teoría de la evolución. Sabes que los organismos mutan y el resultado de esa variación da lugar a un ser vivo con las suficientes diferencias significativas como para no ser denominado de la misma manera que su antecesor.

Efectivamente, ese es el concepto básico de evolución: el material genético de A muta haciendo que sus descendientes ya no sean A sino B.

Sin embargo, es bastante probable que tengas instalada en el subconsciente esta imagen.

Evolución

Más que instalada, la mayoría de las personas la tienen grabada a fuego. El problema de esta ilustración, y de otras similares, es que nos da el mensaje erróneo de que la evolución es lineal. Y no solo eso, establece una jerarquía entre organismos en los que los del final de la fila están “más evolucionados” y, por lo tanto, son mejores que los del principio.

Todo falso, porque la evolución no es lineal. Pero ¿de dónde ha salido esta idea?

Darwin no tuvo la culpa

Charles Darwin explicó en 1859, año de la primera edición de El origen de las especies, la teoría de la selección natural. Es decir, solo los más adaptados sobreviven y es su material genético el que perdura. La teoría de la selección natural no dice en ningún momento que el organismo superviviente sea más perfecto que el anterior. Simplemente, nos dice que está más adaptado a las condiciones presentes del nicho ecológico donde habita.

Sin embargo, Darwin no pudo luchar contra más de 2000 años de visión aristotélica del mundo, según la cual, el universo es ordenado, eterno, simétrico y esférico.

Aristóteles bebía de la idea de scala naturae enunciada Platón. La scala naturae o cadena de los seres fue una idea recurrente en la historia de la biología según la cual, todos los organismos pueden ser ordenados de manera lineal, continua y progresiva, comenzando por el más simple hasta alcanzar el más complejo que, oh, sorpresa, es el ser humano (bueno, el hombre blanco, para qué nos vamos a andar con eufemismos). Las religiones, politeístas primero y monoteístas después, se encargaron de fabricar la idea del hombre hecho a imagen y semejanza de un ser superior, así que cuando en el s. XIX Darwin y otros científicos propusieron que la evolución no tenía ningún propósito en sí y que la scala naturae de Platón era una pamplina, el cerebro de mucha gente cortocircuitó.

Además de establecer que la naturaleza es una jerarquía y no una mezcla aleatoria de seres vivos, la scala naturae da por hecho que no existen niveles intermedios entre cada peldaño y que cada grupo es un compartimento hermético sin relación con el arriba o el de abajo. Lógico, ¿no? ¿En qué cabeza cabe que el dimetrodon y yo podamos estar en el mismo peldaño evolutivo? De locos.

Ay, la religión

La evolución no es lineal

A muchos, este diagrama de Didacus Valades dibujado en 1579 y titulado Rhetorica Christiana os dará mucha risa. Pero ahora vais a ver la versión del siglo XX sin angelitos ni demonios. ¿A que conocéis a más de uno y de dos que cree que la naturaleza se organiza así?

Scala naturae

Sin ir más lejos, no hace tanto, en la década de 1960, se hizo popular una variación de la escala natural concebida por el filósofo jesuita Pierre Teilhard de Chardin (dios otra vez dando la brasa por aquí). Este aceptaba que la vida está, de alguna manera, ramificada, pero que hay una dirección en la evolución, una progresión hacia una mayor complejidad cognitiva y, en última instancia, hacia la identificación con lo divino. Fastidia un poquito pensar que madrugar para tener que ir a trabajar no nos acerca a dios, señor Teilhard, pero es lo que hay, qué le vamos a hacer.

La evolución no es un ascenso hacia la perfección ni tiene ningún propósito. La modificación del material genético de los organismo es aleatoria, pero a la vez, inevitable. Es esa aleatoriedad la que derriba la posibilidad de la linealidad. Un perro no está más evolucionado que un coyote por mucho que ambos tengan un ancestro común y el perro nos parezca mucho más listo y amable.

No, el perro no está más evolucionado que el coyote, pero es que tampoco está más evolucionado que una estrella de mar, por ejemplo. Ni los cánidos ni los asteroideos han llegado a ser como son buscando la perfección de parecerse al Homo sapiens ni pertenecen a grupos estancos sin ninguna afinidad entre ellos.

El árbol de la vida

Darwin incluyo pocas imágenes en El origen de las especies, pero una de ellas es un diagrama de árbol cuya ramificación es una metáfora de la forma en que se originan las especies. Es decir, las especies se ramifican. Algunas desaparecen por el camino y otras perviven. La anterior no tiene por fuerza que desaparecer para dejar lugar a la nueva. La vida es un batiburrillo, no la cola para subir al avión.

La evolución no es lineal
Árbol de la vida de Darwin

Esta imagen la garabateó Darwin en un cuaderno antes de publicar su libro. El “I think” del encabezamiento nos resulta entrañable: sabía que sus ideas estaban en contra de lo defendido por Aristóteles, Platón y miles de años de religión. Frente a los macrosaltos evolutivos con el propósito de avanzar y parecerse a dios, él proponía los microcambios graduales en todas las direcciones con el único objetivo de facilitar la supervivencia.

Según él, todos los organismos actuales están igualmente evolucionados y todavía están afectados por la selección natural. Por eso, tanto los perros como las estrella de mar están en la cúspide de la evolución de cada una de las “ramas del árbol” en la que se encuentran y ambos comparten un ancestro común que vivió hace unos 580 millones de años. Simplemente, son los más evolucionados de su clase y eso no los hace ni mejores ni peores.

Desde nuestra humilde posición seguiremos luchando para desterrar la idea de la scala naturae. Os animamos a abrazar la belleza del caos de las formas de vida que inundan la Tierra y a admirar y respetar la fragilidad de su diversidad efímera. Vamos, que no somos el obligo del universo, chavales y chavalas.

2 comentarios en “Conceptos básicos de biología evolutiva 1: la evolución no es lineal”

  1. Me parece un artículo interesantísimo. Ha conseguido que me aclare algunos puntos que no alcanzaba a comprender en la evolución. Me parece interesante lo de la scala naturae. En fin, una exposición que aclara bastante bien el sentido evolutivo. Gracias.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×

Clica y escríbenos por WhatsApp

×

Clica y escríbenos por Telegram