¿Soñaban los dinosaurios?

¿Soñaban los dinosaurios con ovejas prehistóricas?

 

«Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí

Augusto Monterroso, 1959

 

¿Con qué has soñado esta noche? ¿Qué significado tiene? ¿Si sueñas con algo es que ese algo ocurrirá? ¿Soñaban los dinosaurios con ovejas prehistóricas? Miles de preguntas y dudas surgen cuando se habla de los sueños, y es lógico, pues todo aquello que no podemos explicar siempre genera curiosidad y fascinación.

Y es que, antes de ir a por nuestros amigos los dinosaurios que es lo que nos interesa, creemos que deberíamos explicar ciertas cosas sobre qué es soñar y cómo funciona. Aunque, como ya hemos introducido antes, aún hoy en día se desconoce el motivo detrás de la existencia de los sueños. Y no hay técnica en la ciencia moderna capaz de dar una respuesta o explicación exacta.

¿Cuándo se sueña?

Pues fácil, al cerrar los ojos y dormir. Y es que un poco sí es así, por mucho que a las personas que han querido investigar sobre el tema les resulte una respuesta ridícula. El acto de dormir se compone de dos fases, la REM y la NREM.

La fase NREM, también conocida como fase No REM o fase de sueño de ondas lentas, es la más prolongada de las dos. Cerca del 90% de nuestro tiempo durmiendo estamos en fase NREM. No Rapid Eye Movement, por si queréis saber de dónde viene el nombre. Y conducen, como si fuéramos bajando escalones, hacia el sueño profundo. La fase REM.

En la fase REM podemos observar el famoso movimiento ocular de un lado a otro que siempre utilizan para dramatizar el momento en el que alguien está soñando en películas o series, ya que aquí es donde generamos sueños. ¿Y sólo se sueña una vez? Pues no, hay más de una fase REM durante el total de horas de sueño. Es un ciclo. Se bajan los escalones de la NREM hasta llegar a la REM y luego saltamos nuevamente a la NREM para volver a bajar a la REM. Cuantas más horas estemos durmiendo, más veces llegaremos a la fase REM y por lo tanto, más sueños tendremos.

(foto: https://www.deeyaberry.com/post/the-brain-our-sleep-cycles)

¿Todos los animales tienen fase REM?

No todos los animales tienen nuestro ritmo de paso de NREM a REM, pero sí existen dos fases marcadas que serían las equivalentes a la NREM y la REM presentes en otros mamíferos, aves y hasta en reptiles. El salto de una fase a otra es diferente según el animal y la medición de ello aún está, francamente, en estados muy poco desarrollados como para establecer datos precisos.

De hecho, estos datos se desconocía de los reptiles hasta que en 2018 un equipo de investigación francés demostró que, al menos, el dragón barbudo (Pogona vitticeps) y el lagarto overo (Salvator merianae) sí tenían dos fases de sueño bien definidas y una de ellas con movimiento ocular. Ya por el 2016 se había querido comprobar si el dragón barbudo tenía la capacidad de soñar, pero la presentación del estudio de 2018 fue clave para demostrarlo totalmente. Los reptiles también sueñan.

(foto: https://www.goodfon.com/wallpaper/iguana-reptiliia-zheltaia-lezhit-vetki-listia-palka-brus-spi.html)

¿Y con las aves pasa igual? Sí, pasa igual. Incluso se ha observado en investigaciones sobre ello que durante la fase equivalente a la REM en estos animales se producen pequeñas explosiones de actividad neuronal en las áreas del canto o incluso en la de imitación de palabras en las aves con dicha capacidad. ¿Y por qué se produce esto? Bueno… La verdad es que aquí ya nos adentramos en el terreno de la teorización.

(foto: https://a-z-animals.com/blog/how-do-owls-sleep/)

¿Por qué soñamos?

Sobre esto, de momento, solo hay teorías, aunque hay que decir que son muy interesantes.

Dormir siempre ha sido una actividad imprescindible para la vida. Necesitamos reponer fuerzas y muchos procesos únicamente se dan durante el sueño. La afirmación de “el cerebro no descansa nunca» es casi una realidad. Durante las horas que pasamos dormidos, el cerebro se encarga de tareas que no puede realizar durante la consciencia del individuo ya que serían demasiadas acciones simultáneas y podrían poner en riesgo ciertas funciones.

Las funciones durante el sueño se cree que son las de recordar, reparar, eliminar y crear conexiones neuronales. Ya veis, poca cosa, ¿eh?

Durante nuestra actividad diaria, cada interacción que realizamos crea conexiones neuronales nuevas. A veces, estas conexiones no sirven una segunda vez o no eran útiles desde un principio. Son simplemente innecesarias y, por lo tanto, el cerebro debe encargarse de limpiar “el historial”. ¿Por qué? Para evitar el colapso de información. Dejando la información útil se asegura el cerebro de mantener el máximo de agilidad de reacción ante cualquier situación entre otros procesos finos que necesitan precisión.

Y estaréis pensando, ¿por eso soñé que explotaba un edificio entero? ¿Era mi cerebro eliminando información inútil? Según Freud, no. Allá por el año 1900 Sigmund Freud teorizó que los sueños son lo más cercano que existe a cumplir nuestros deseos. Por eso, muchas veces, usamos sueño como sinónimo de deseo. Si habíais soñado con un edificio explotando es porque seguramente deseabais explotar, metafóricamente hablando, y dejar atrás ese edificio. ¿Independizarte de la casa de tus padres? ¿Odio hacia tus profesores de universidad o tus estudios de arquitectura? Según Freud, así es.

Aunque, más adelante, John Steinbeck acuñó la teoría del “Comité del sueño”. No, no son personitas dentro de la cabeza como ocurre en la película de Inside Out. En su teoría, Steinbeck explicaba que los sueños son la forma que tiene nuestro cerebro de romper las limitaciones físicas de la realidad y así lograr la solución a problemas que no la tendrían estando lucidos frente a ellos. Por eso, y seguro que más de uno de nuestros lectores puede dar fe de ello, ante situaciones de atasco mental se recomienda ir a descansar, dormir bien y mañana será otro día. En muchas ocasiones, al día siguiente, se encuentra la solución o una nueva pista hacia la solución de aquello que nos preocupa. Curiosamente, es muy habitual pasar la noche soñando con ello.

(foto: https://www.baltimoremagazine.com/section/artsentertainment/review-inside-out/)

Estas teorías se intentaron demostrar mediante un experimento con ratones llevado a cabo por investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts. A los ratones se les hacía recorrer ciertas pruebas físicas, entre ellas laberintos, durante las cuales se realizaban lecturas de actividad cerebral. Y lo mismo cuando estos roedores dormían. Sin embargo, lo que más sorprendió a los investigadores fue que, al alcanzar estos animales la fase REM, las lecturas registradas eran las mismas que las que habían medido durante las pruebas cuando estaban despiertos. Incluso más intensas. Estaban soñando con las pruebas. ¿Estarían buscando la solución a los laberintos?

(foto: https://fultrasound.eu/our-latest-publication-in-nature-communication-investigating-the-role-of-sleep-using-functional-ultrasound-imaging/)

Pero hay una teoría que, a nosotros al menos, nos parece la más interesante de todas y por eso hemos querido darle un apartado propio.

Primitive Instinct Rehearsal Theory

¿Y si… los sueños fueran una simulación de todas las posibles situaciones en las que podríamos encontrarnos? ¿No podríamos practicar, cómo los ratones del laberinto, para estar siempre preparados? Esto es lo que plantea la última teoría de la que hablaremos hoy, la única con nombre propio.

La gran mayoría de las teorías postuladas para entender los sueños se han enfocado en la psicología y en la salud mental, pero para un gran número de científicos los sueños están más cercanos a una adaptación evolutiva.

Soñar tiene una grandísima ventaja. Nunca sales perdiendo aunque pierdas. En otras palabras: si saltas de una roca a otra en medio de un río con una fuerte corriente, aunque caigas y se te lleve la corriente, despertarás y no habrá pasado nada. Vidas infinitas.

Según el neurocientífico cognitivo Antii Revonsuo, de la Universidad de Turku en Finlandia, y su teoría postulada en el año 2000, los sueños son “ensayos de amenazas”. Dicha teoría argumenta que el cerebro, durante la fase REM, accede a la base de datos de todos aquellos recuerdos con una potente carga negativa y los reproduce tanto como puede para preparar al individuo por si se encuentra en esa situación. Por eso, en aquellas personas con síndrome postraumático, la situación que originó el trauma se repite en sueños “atormentando” a la persona. Pero ese proceso, según Revonsuo, no es en absoluto un tormento, es una ayuda. Si un trauma se repite una y otra vez, llegará el individuo a superarlo, a no darle tanta importancia. ¿Por qué? Pues porque esa persona ya estará preparada para enfrentar esa situación si vuelve a ocurrir, ya se ha enfrentado a ella muchas, muchas, muchas veces. Según esta teoría, los sueños servirían, por ejemplo, para saber cuándo se debe huir, ya que esto es una estrategia de supervivencia y no siempre una victoria se consigue luchando.

(foto: https://www.pinterest.es/pin/588916088762430006/)

Pero no todas las luchas son contra enemigos que quieren matarnos. La supervivencia como especie también necesita de relaciones sociales.

El mismo Antti Revonsuo y dos colaboradores más, en 2016, presentaron una ampliación a su anterior teoría que daba una explicación al hecho de soñar con otras personas en situaciones inocuas. Conversaciones, solución de problemas, viajes o incluso relaciones sexuales. Todo se basaría en la misma premisa: sobrevivir. Cuanto más sociable y confiable, más individuos estarán de tu lado en el clan, más ayuda y más apoyo, y podrás acceder a más recursos e incluso a una pareja reproductiva adecuada. Incluso, mientras soñamos, nos sentiremos protegidos por el resto.

Y no se aplica únicamente a los seres humanos. En 2004, la psicóloga Kelly Bulkeley formuló una teoría totalmente compatible con las hipótesis de simulación comentadas anteriormente basándose en la observación de especies animales en las que aparece el factor “juego”. Estas especies animales suelen tener una gran encefalización y forman redes sociales como grupo, por lo que deben adquirir muchas habilidades. Durante el juego, estos animales entran en un entorno seguro, los jóvenes pueden practicar sin temor al error que podría causarles la muerte al alcanzar la adultez. Los sueños hacen lo mismo: crean un entorno seguro.

(foto: https://www.flickr.com/photos/tambako/3997857214/in/photostream/)

Conclusión: ¿Los dinosaurios soñaban?

Pues nosotros creemos que sí. Si los reptiles y aves tienen lo equivalente a la fase REM de los mamíferos y es en la fase REM dónde se originan los sueños, no es descabellado pensar que todos los animales con un nivel de encefalización adecuado tienen la capacidad de soñar.

¿Con qué sueñan? Pues sería muy egocéntrico por parte de los humanos pensar que podemos saberlo. Cuando vemos a un perro soñando moviendo las patitas, automáticamente creemos que sueña con corretear de aquí para allá, pero no podemos saberlo. Conocemos de los sueños gracias a que entre individuos, en nuestra especie, podemos comunicarnos de forma compleja para explicar qué hemos soñado. Pero nosotros no entendemos la comunicación de otras especies en absoluto. Y tampoco creemos que la usen para hablar de sus sueños precisamente…

Cuando a las aves se les estimula la región del canto durante su fase REM, ¿no quiere decir que, posiblemente, estén practicando? ¿Y para qué canta un ave? Para sobrevivir, igual que soñaban los ratones con el laberinto. Practicar para seguir viviendo.

¿Para qué sueña un dinosaurio, entonces? Nos aventuramos a decir que sobrevivir. Al fin y al cabo, toda la vida es sueño y los sueños, sueños son.

(foto: https://ukafh.com/mei-long/)

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