Mary Anning ictiosaurio

Mary Anning: el primer paleontólogo fue una niña

El 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Desde Paleo-Logica nos queremos sumar a esta necesaria celebración dedicándole una entrada a Mary Anning, un nombre relevante de la paleontología que no ha sido restituido hasta el siglo XX.

¿Quién fue Mary Anning?

En realidad, no es cierto del todo decir que Mary Anning fue la primera paleontóloga de la historia (sí, el título era un poco clickbait, lo reconocemos). La paleontología como ciencia natural independiente había empezado poco antes del nacimiento de Mary a finales del siglo XVIII. Sin embargo, la paleontología no había sido capaz de desprenderse del sesgo religioso. Incluso los grandes naturalistas de la época creían a pies juntillas las narraciones bíblicas y estaban empeñados en buscar signos del diluvio universal como hecho principal de las extinciones masivas. También pensaban que la Tierra tenía unos 4.500 años. Con esos dos grandes errores de base era imposible avanzar en la catalogación y estudio de les seres vivos de épocas remotas. Y para acabar de complicar las cosas, nadie contemplaba aún el concepto de evolución y, mucho menos, de selección natural (Charles Darwin, el padre de la teoría de la evolución, nacería diez años después que la señora Anning).

Sobre la vida de Mary Anning se ha escrito mucho porque, sin duda, es bastante dramática: pobre, perteneciente a una minoría religiosa, huérfana de padre a temprana edad… Nos quedaremos, sin embargo, con el hecho relevante de que nació y vivió en Lyme, Inglaterra, a pie de playa. Una playa con un acantilado formado por una alternancia de arcillas sedimentarias del Jurásico. El acantilado era rico en fósiles y, desde siempre, los habitantes de la zona los habían extraído para venderlos a los turistas y naturalistas. Mary y su hermano también se dedicaban a esta poco lucrativa actividad y fue Joshep, de 13 años por aquel entonces, el que encontró un cráneo de un bicho muy raro. La pequeña Mary, de 10 años, convenció a su hermano de no venderlo y decidió dibujarlo y estudiarlo. Entusiasmada con el descubrimiento, Mary pasó un año excavando en las cercanías del cráneo y acabó encontrando el esqueleto completo. Era un ictiosaurio. Aunque finalmente acabó vendiéndolo por 23 libras 8 años después, el descubrimiento y catalogación de esta especie de ictiosaurio fue el punto de partida de una carrera llena de hallazgos relevantes. No hace mucho, los paleontólogos han renombrado otro espécimen encontrado por ella como Ichthyosaurus anningae en su honor. Aún hoy en día, sus ictiosaurios son los más completos que se conservan.

ichthyosaurus

(Ichthyosaurus anningae excavado por Anning alrededor de 1836 y conservado en el Museo de Historia Natural de Londres.Foto: https://oumnh.ox.ac.uk/learn-mary-annings-ichthyosaur)

Lo que le debemos a Mary

Hoy en día, a Mary Anning se la considera una de las primeras paleontólogas modernas no solo por haber descubierto el ictiosaurio, sino por haber sido de las primeras personas en dilucidar lo que se escondía realmente detrás de aquellos huesos fosilizados. A ella le debemos también la excavación del primer plesiosaurio (catalogado posteriormente como Plesiosarius dolichodeirus), el primer pterosaurio encontrado fuera de Alemania, el estudio completo de los sacos de tintas fosilizados en belemnites, numerosas especies de peces extintos y mi descubrimiento favorito de todos: que las famosas piedras bezoar, a las cuales se les atribuía propiedades mágicas, eran, en realidad, coprolitos, o sea, cacas fosilizadas. Ciencia 1- Pensamiento mágico 0.

(Foto: el meme lo hemos hecho nosotros… Nadie es perfecto 😛)

Pese a ese currículum asombroso, a Mary Anning casi nadie se la tomó en serio en su época. Mujer y pobre, vio como algunos señoros del momento se apropiaron de sus descubrimientos. Por ejemplo, el médico Everard Home y el conservador William Bullock se autoatribuyeron alegremente el descubrimiento del ictiosaurio. Mary pudo desarrollar su carrera como paleontóloga gracias a su tesón y al apoyo de dos personas: la paleontóloga aficionada (y riquísima) Elizabeth Philpot y el profesor de Oxford y geólogo William Buckland. Mary, Elizabeth y William desarrollaron el primer sistema moderno de excavación de fósiles, del cual Richard Owen (la persona que acuñó el término dinosaurio) era un ferviente admirador.

Gracias a la intercesión de Buckland, Owen y algún otro amigo que se canjeó con los años, Mary Anning fue reconocida a su muerte como miembro honorario de la Sociedad Geológica de Londres, siendo la primera mujer que entraba, aunque fuese a título póstumo, a formar parte de ese selecto club. Mary Anning falleció de cáncer de mama a la temprana edad de 47 años.

Como curiosidad, en las siguientes fotos podéis ver dos cartas escritas por Elizabeth Philpot dirigidas a William Buckland y a su mujer. Elizabeth utilizó la tinta extraída de los sacos fosilizados de belemnites, una tinta tan antigua como el animal que dibujó en el papel. Este ejercicio de metapaleontología tan alucinante se lo debemos, por supuesto, al trabajo de Mary Anning. Solo por eso, todos los reconocimientos que le hagamos 174 años después son pocos.

Mary Anning's Ichthyosaur
(Foto: https://oumnh.ox.ac.uk/learn-mary-annings-ichthyosaur)
Mary Anning's Ichthyosaur
(Foto: https://oumnh.ox.ac.uk/learn-mary-annings-ichthyosaur)

El 2010 Mary Anning fue reconocida por la Royal Society como una de las diez científicas británicas más influyentes de la historia y su legado “ha fosilizado” en forma de un trabalenguas que todos los niños ingleses aprenden en la escuela: She Sells Sea Shells on the Sea Shore.

Necesitamos más mujeres en ciencia

Reivindicar la figura de Mary Anning en el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia es absolutamente imprescindible. No queremos que ninguna otra niña se enfrente a las dificultades por las que tuvo que pasar ella para ser tomada en serio. Es absolutamente injusto que sea el tiempo y no la sociedad el que ponga en relieve la importancia de las aportaciones de las mujeres a los diferentes campos científicos. No queremos más títulos póstumos ni homenajes a toro pasado. Queremos una ciencia libre de estereotipos de género ahora y siempre. No existen cerebros rosas ni cerebros azules, solo cerebros con ganas de observar sistemáticamente, medir, experimentar y formular hipótesis. Por favor, aprovechemos esos cerebros, que aún faltan muchas cosas por descubrir y aprender.

1 comentario en “Mary Anning: el primer paleontólogo fue una niña”

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